en ellas hemos reconocido también un cuerpo y una cola. La cabeza suele siempre ser pequeña; el profesor suele darse por satisfecho cuando la cola, formada por la rezaga de los alumnos, no es muy larga.
Hay que ir con tiento en esto de estimular la capacidad de un alumno o de un grupo de alumnos; pues un esfuerzo excesivo puede resultar contraproducente.
Empieza hoy día a comprenderse que de aquellos niños calificados hasta aquí despreciativamente con el mote de holgazanes, muchos son más bien víctimas que culpables; víctimas tal vez de vicios de sus progenitores, víctimas de herencias morbosas más o menos disimuladas, víctimas de la miseria, víctimas en fin de métodos educativos mucnas veces ro adecuados a la capacidad mental de un niño, que, iparece increíble! pern es cierto que con frecuencia se olvida, no es la capacidad de un hombre; ni siquiera la capacidad mental de otro niño.
Mas, fuerza es que apliquenios a nuestro 100 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica