Eso se comprenderá mejor con un ejemplo. Los que carecen de un sentido, verbig racia los ciegos, los sordos, los sordo mudos. demuestran en las clases una atención mucho más profunda. Se comprende; ellos no deben inhibir tantos centros, en su mente no hay necesidad de apagar tantas luces para concentrar su atención.
La privación de un sentido evita para ellos toda una serie de impresiones que vendrían a distraerlos, facilitándose de esta suerte la canalización, por así decir: to, de las explicaciones del profesor, que llegan entonces más directamente, sin mermas ni derraines, a la mente del discípulo.
Examinando una vez a un asilado en la Casa de Caridad, quien era a la vez sordo mudo y ciego, observé, no sin cierta emoción de mi parte, con qué prolundísima atención, cómo se concentraba en absoluto al realizar el tacto o palpación de la mano que le hablaba; pues tan sólo por aquel conducto de las impresiones táctiles poníase él en comunicación con sus semejantes. De donde saqué la 92 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica