La novedad está en sostener que la desigualdad intelectual del hombre y de la mujer es un puro prejuicio y una añeja equivocación; está en que partien do del cráneo y entrándose en el cerebro no se quiere reconocer diferencia anatómica importante entre los sexos y que por lo mismo cualquier diferencia que pueda registrarse en las aptitudes o en las preferencias de uno y otro sexo, más bien es lógico atribuirla, dicen, al régimen actual y aun tal vez al efecto hereditario de una educación defectuosa de muchos siglos acá, que no a la naturaleza propia de ambos seres.
Pero ¿es que debemos aceptar sin examen esa muletilla de la igualdad de los sexos, o siquiera, como algunos más moderados suponen, que la sexualidad en la especie humana no comienza hasta la pubertad? Porque de dejarla pasar se nos cuela de rondón todo el sistema.
Fisiólogos y embriólogos están hoy de acuerdo en que no se puede decir de un individuo que sea neutro en momen75 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.