verse te jamás he retrocedido ni llorado; tras de los golpes del destino mi faz cstá sangrienta, pero erguida. Entonces, regocíjese, amigo mio, Ud. pertenece a los elegidos. Ud. ocupa un asiento en la verdadera Casa de los Lores de la humanidad.
VI. La persona Superior es limpia: Puede estar sucia, pero no le gusta el desaseo. Puede obligada a ensuciar sus manos en la mina y a manchar sus trajes en la máquina, pero aprovecha la primera oportuni.
dad para limpiarse.
Ama la limpieza del espíritu tanto como la del cuerpo; la nugre nu se le pega. No recuerda las calumnias. Evi.
ta la mentira, el engaño y la blasfemia.
Limpia su espíritu de la mezquindad, del orgullo, de la doblez y de la crueldad, lo mismo que se lava las manos después de manejar la basura.
Sus pensamientos son puros y optimistas. Sus pasiones mesurarlas y ho.
nestas. Sus palabras edifican y su compañía refresca como las aguas de tranquila fuente.
No solamente es limpio, sino que 62 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano el Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica