sa IV. La persona Superior está por encima de sus placeres. Tiene placeres, como los tiene todo el mundo.
Gusta de comer, y distingue entre un biftec bien cocinado y otro que no lo está; gusta de beber, aprecia el bor de la buena leche y del excelen.
te café; gusta de jugar a la raqueta, de pasear en automóvil, y del teatro, y de la música y del arte. Pero lo importante está en que por intenso que sea su placer en cualquiera de estas diversiones, ninguna de ellas es más grande que él mismo.
El hace de ellas. No se deja conducir por ellas de la nariz. Si el amor al dinero, la pasión del amor, el incentivo del juego o el placer de cualquier clase de diversión, lo batan a Ud. y lo dominan en vez de ser Ud. quien dirige, pertenece Ud. at las masas, es Ud. vulgar. Puede Ud. mediante un fuerte de.
seo, sacrificar una querida ambición, negarse a sí mismo posición, fama, dinero, amor, aun la vida misma, en aras de un noble principio? Si puede Ud. hacer esto, es Ud. una persona superior. Pertenece Ud. a la nobleza.
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