pueda disputarle terreno, y cualquiera que siga sus huellas pueda contar con sus datos como hecho establecido.
Pero, del mismo modo que las ideas están sobre los hechos, la interpretación está sobre la información. No debemos catalogar solamente las impresiones y acontecimientos que fluyen sobre nues.
tra conciencia sin solución de continui.
dad; debemos tratar de descubrir el significado de la corriente. Hasta el más rígido agnóstico, para quien todo sendero se pierde en las regiones de lo desconocido, abarca por lo menos un radio suficiente para formarse un credo que le sirva de guía en el laberinto de lo desconocido. Para Sócrates existía también lo desconocido; pero, a fuer de sabio, nunca se sintió descorazo.
nado ni alarmado.
Si nuestro barco naufraga en el mar de la vida, debemos construir una balsa y gurcar las aguas de la mejor manera posible, sin dejarnos abatir jamás, decía. No debe ser menos intrépido, por cierto, el espíritu de los historiado res.
La interpretación a que me refiero no se encontrará fácilmente ni a poca costa: no debe ser parcial ni invocar princi52 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica