miento aun tratándose de los animales; todo esto. no significaba acaso que las naciones no querrían prestar oídos en adelante a proposiciones bélicas? La guerra es la negación de la picdad, de la justicia, de la caridad, aun de la humanidad. Nos aseguraban que ningún monarca ni gobierno sería tan malvado para intentar tal crimen. Los inventos modernos, el transporte por mar y tierra; el comercio moderno, que facilita el intercambio rápido de los productos industriales de una nación; el moderno sistema bancario y financiero que liga los capitales del mundo entero con eslabones tan sensibles que responden al más ligero golpe del telégrafo, ahogarían el primer murmullo de guerra. El capital es solidario, el capital prospera en la paz.
Con tales seguridades, las naciones debían dejarse adormecer en la inacción, como sucedió evidentemente. Vivíamos en el mejor de los mundos, en donde jamás se produciría la guerra. No obstante, la guerra se produjo, una guerra horrible, atroz, sin paralelo en la historia. No necesito trazar las etapas que terminaron en la convulsión; pero los 34 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.