es también una paga. Lo extraño y ridícu.
lo es que se confunda oficialmente la expresión ad honórem con la expresión de balde, y se multipliquen luego día a día las juntas de salubridad, de educación, etc. sin facultades ostensibles, supeditadas en todo lo principal, ruedas supernumerarias, verdaderas tertulias en el mejor de los casos, cuyos miembros son invitados a traba.
jar ad honórem en descargo de quienes realmente perciben sueldo y honra. Sin embargo, son muchas las personas que desempeñan con gusto esos cargos. Lo sé. Unas, porque de ellos saben sacar partido. otras, por jugar al gobierno: llamarse presidente, secretario, tesorero; pedir la palabra, hacer moción, dar un canpanillazo, levantar la sesión, pasar u.
na circular, visitar en cuerpo, etc. etc. Este juego encanta a muchos; no piense Ud.
que sólo a los niños, a las señoras o a los artesanos.
24 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.