por un imbécil o. por un loco al que lleva sus inquietudes más lejos de lo que debe, y teme por su vida porque ha tenido tal o cual sueño; porque cierta impulsión aventurera de voluntad, manifestada con la ausencia de su razón, le ha presentado un peligro futuro; porque, en su interior, algo le ha dicho no hacer tal o cual cosa, no ir más adelante y volver atrás, no dar la batalla un viernes o un domingo, sino otro día, no dormir sobre el costado izquierdo sino sobre el derecho, y, finalmente, otras tonterías semejantes. Los pocos ejemplos que se me podrían citar para combatir mi opinión son frutos del acaso y, por lo mismo, no pueden convencerme. Entre millones de presentimientos y de sueños, la casualidad sólo ha hecho que unos muy pocos se hayan realizado, y se citan estos últimos y no los primeros. Centenares de millones han salido fallidos, no se habla de ellos; un ciento o dos han salido verdaderos, y sólo se citan éstos. Tal es el espíritu humano: amigo y amante de lo sobrenatural y la mentira, e indiferente ante la Naturaleza y la Verdad.
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