dijo. Lo que es el pueblo! Su credulidad e ignorancia hace de los cristianos una secta de idólatras. Echamos pestes contra los paganos porque adoraron las estatuas, y nosotros. qué es lo que hacemos. No a.
doramos como ellos pedazos de piedra, de madera, groseramente esculpidos, retazos de lienzos mal embadurnados, como estos que acabamos de ver, y como la tan reputada Virgen de Chiquinquirá, que es la peor pintura que yo haya visto, y quizás la más reverenciada en el mundo y la que más dinero produce. Ah, sacerdotes hipócritas e ignorantes! En estas dos clases los pongo a todos: si están en la primera. por qué el pueblo se deja dirigir por unos, embusteros? si están en la segunda. por qué se dejan dirigir por unos bestias? Conozco a muchos que me han dicho: Soy filósofo para mí sólo o para unos pocos amigos, y sacerdote para el vulgo. Profesando tales máximas afirmo yo que dejan de ser filósofos para tornarse en charlatanes. Continúo diciendo que el estado actual de las luces dejaba a muy pocos engañados en estas materias; que los hombres racionales no discutían ya principios, doginas y misterios, cuyos cimientos eran reconocidamente falsos y que, por lo mismo, se sabía que eran hijos de la superstición y la Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica