drid, y enviudé en 1801, no teniendo todavía 19 años. Quise mucho a mi mujer, y su muerte me hizo jurar no volver a casarme.
He cumplido mi palabra. Miren ustedes lo que son las cosas: si no hubiera enviudado, quizá mi vida hubiera sido otra; no sería el general Bolívar, ni el Libertador, aunque convengo en que mi genio no era para ser alcalde de San Mateo. 1) Ni Colombia, ni el Perú, le repliqué, ni toda la América del Sur estuvieran libres, si no hubiera tomado a su cargo la noble e inmensa empresa de su independencia. No di.
go eso, prosiguió porque yo no he sido el único autor de la revolución, y porque durante la crisis revolucionaria la larga contienda entre las tropas españolas y las patriotas hubiera aparecido algún caudillo al no estar yo presente, y porque el ambiente de mi fortuna no hubiese perjudicado la fortuna de otros, manteniéndolos siempre en una esfera inferior a la mía. Dejemos a los supersticiosos creer que la Providencia es la que me ha enviado o destinado para redimir a Colombia. Las circunstancias, mi genio, mi carácter, mis pasiones fueron las que me pusieron en el camino; mi ambición, mi constancia y la fogosidad (1) Pueblo de los Valles de Aragua donde tenía su hacienda el Libertador. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.