dación, unà peste otra plaga cualquiera.
Frente a un gran mal. quién que no esté fuéra de juicio desoirá justamente los preceptos de la ciencia, sea ésta moral, económica, geológica, fisiológica o la que fuere. Curioso caso el del enfermo que, para curarse, atropella las reglas de la higiene. No se ha visto siempre, no se está viendo hoy con lente de aumento, como las consecuencias «indirectası de las guerras son cientos de veces más terribles que las pérdidas de vidas o de territorio, siempre que en la emergencia bélica se recurre en son de defensa al ataque atolondrado de los principios mismos que aseguran el orden social?
Excelente mecanisno de salvación, ese de arrancar los cimientos de la propia casa, para responder a los tiros de quien la ataca desde la calle!
La citación ocasional de un autor, cuando implica acuerdo, lo implica únicamente en cuanto se refiere al trozo citado. Lo digo por Francisco Bacon. Lo he citado varias veces y habré de citarlo otras más. Sin embargo, entre los filósofos de renombre, no conozco otro que haya amontonado en sus obras igual cantidad de disparates. Ignorante de lo que constituía ya la ciencia en su tiempo, no hu.
bo materia (astronomia, fisica, geología, etc. acerca de la cual no tratara con una desenvoltura verdaderamente inconcebible en un hombre de tanto genio.
501 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica