Proudhon

Cuando este último se pone serio y triste, es a Proudhon a quien se acerca más; a mi juicio. Vea el lector y diga si tengo o no razón. Nacen miriadas de hombres; laboran, vierten el sudor de su rostro y luchan por el pan; se querellan, se acusan y riñen mutuamente; pelean por adquirir mezquinas ventajas el uno sobre el otro; la edad sigue su curso insidioso; sucédense las enfermedades; humillaciones y vergüenzas echan abajo su orgullo y su vanidad; los seres amados desaparecen, y la alegría de la vida se torna en agudo sufrimiento. El peso del dolor, las privaciones y la miseria aumentan año tras año; al cabo muere la ambición; muere el orgullo; muere la vanidad; sólo son reemplazados por el ansia del descanso. Llega éste al fin: es el único don sin ponzoña que la tierra les ofrece; y desaparecen a su vez de un mundo del cual no constituían parte de significación, en el cual nada han realizado, don.
de han sido un error, un desastre, una insensatez; donde no han dejado huellas de que existieron; mundo que los llorará un día, olvidándolos luego para siempre.
489 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.