los Estados Unidos se desprende de su honradez intelectual exigiendo al dra.
maturgo que viole la lógica de su argu.
mento y se afane en producir una pueril conclusión de cuento de hadas. Mrs.
Wharton ha expuesto una de estas razo.
nes declarando que nuestra actitud respecto del teatro es característica de «la actitud norteamericana respecto de la vida entera. Esto implica una acusación contra todo nuestro pueblo y no sólo contra el público del teatro.
Analizar estas condiciones en un artículo sucinto nos llevaría muy lejos, demasiado lejos; es decir, fuera del teatro mismo, dentro de cuyos muros debe confinarse por ahora esta investigación. Existen en el teatro norteamericano condiciones tales que afecten la sincera y fiel representación de la vida? Debo confesar que existe por lo menos una de estas condiciones, cuyas posibles consecuencias son inquietadoras. Consiste ésta en la composición del auditorio de nuestros teatros, diversa de lo que fuera hace un siglo el mayor lapso de tiempo a que puedan extenderse mis impresiones de espectador. Creo que la edad de los espectadores de este tiempo 484 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica