que explota el esfuerzo. Ilay que saber abandonar determinados privilegios personales de rango, de fortuna, aun de inteligencia, para adaptar nuestro valor al de los otros y saber concebir, en presencia de nuestro trabajo realizado, lo que éste se vuelve multiplicado por el de nuestros asociados. Hay que conprender que los principios de autoridad y de disciplina: no envilecen nada a quienes trabajan bajo su doble direc: ción. Es ésta, acaso, la mejor lección de la guerra al individualismo francés; y será tarea de los que sobrevivan hacer por que no se pierda. reflb noton No es inverosímil presumir que el hombre que ha conocido el valor de la autoridad eu el peligro, será más apto para aquilatar el precio de esa misma autoridad en el ejercicio de una labor pacífica; y el que asuma la autoridad habrá aprendido a defenderla y a hacer.
la producir cuanto ella puede; para él, ella debe constituir un deber y no un privilegio. Unos y otros, por lógica na.
tural, no se desinteresarán de la «cosa pública. Una fusión íntima de las actividades privadas en la actividad direc.
tora del Gobierno es la base propia de 393 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.