primogénitos las admiran mohinos. No es normal que los hijos brillen antes de haber pasado los padres. Los de treinta y cuarenta años han prodigado valor y actividad. Sus opiniones, su ideal, el objeto que perseguían en la vida han resistido la prueba que ha templado cuerpos y espíritus. Antes de la guerra se les oponía unos contra otros. Ellos, en general, han acallado las voces dis.
cordantes. Invocar la acción vivificante de la atmósfera del frente, no es repetir un lugar común. Es por cierto implo hablar de la influencia benéfica de las batallas. Una humanidad, o una raza, de la cual se pueda decir que la guerra la salvará, no es digna de salvación.
Pero es incontestable que en el crisol de la guerra se ha fundido una liga. no Esos hombres estaban formados, sus sus caracteres fijos ya, cuando fueron movilizados. Unos habían heredado de los primogénitos el respeto a las creencias científicas, pero en la práctica, a excepción de algunos «infantiles. su fe no era mistica. Otros, disgustados del naturalismo, se precipitaron a ese alimento suculento, a espiritualismo ingenioso que un judío carreras ese 378 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.