Cuando el espíritu humano hacía la experiencia juvenil de sus fuerzas, agitó problemas que no eran susceptibles de ninguna solución. Hoy que el tiempo lo ha madurado, hoy que es más poderoso en lo que puede, siente las condiciones que lo regulan, tendiendo más y más a resignarse a ellas y encerrándose así en el círculo de lo que llama la escuela «lo contingente y relativo. LITTRÉ Cuando se nos ha persuadido de algo en nuestra juventud y nuestra opinión se ha endurecido con los años, cualesquiera que sean las razones que se empleen después para hacernos ver la falsedad de dicha opinión, o, mejor dicho, cualquiera que sea la falsedad que en ella notemos, es muy difícil sin embargo quitarle enteramente nuestro asenso, a menos que repasemos con frecuencia aquellas razones, acostumbrándonos así a desarraigar poco a poco lo que el hábito más que la razón había profundamente gravado en nuestro espíritu.
DESCARTES 367 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica