lucha contra la República francesa y la actitud que hayan de tomar las naciones occidentales ante la revolución rusa y germánica. Para curar la enfermedad moral que tales convulsiones engendran, se necesita una idea. Se necesita un principio de unidad capaz de apaciguar ias luchas furiosas entre los pueblos y las razas que desgarran la civilización occidental; se necesita una disciplina de la fuerza que, limitando su empleo, ahuyente el mayor y más grave peligro que jamás haya amenazado a la civilización occidental: el peligro de destruirse a si misma con el propio exceso del poder que ha creado para saciar sus ambiciones y sus odios. foortoint Los pueblos que prohijen esos principios de unidad y disciplina, que tengan la fuerza de imponérselos a sí mismos y a los demás, habrán salvado a Europa en la más terrible crisis de su historia. Serán Francia e Italia los pueblos elegidos en la nueva historia que se inicia?
Tendremos todavía la fuerza de cumplir, después de tantas otras, esta misión suprema? Lo ignoro, pero sí sé que nin353 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica