masas, nes y de tentativas incoherentes.
Pero precisamente porque tales revoluciones no representan principio alguno nuevo, claro, y definido; justamente porque ellas no son sino explosión formidable de cólera y de desesperación, su ejeinplo podría hacerse contagioso en un mundo exasperado por una prueba tan larga como fué la reciente guerra. Cuando dudas de ira y descontento agitan a las el buen sentido y el interés real pueden quedar embotados en un momento dado. El equilibrio psicológico del mundo no parece tan sólido que los delirios de una parte de la humanidad puedan considerarse exentos de peligro para el resto. Pero cómo curar a los pueblos enferde sus extravíos. Qué signinca hoy, para un pueblo o para un grupo de pueblos. representar los principios de conservación y de orden» ante el acceso de locuras en que se agita tan importante parte de Europa? Hé ahí el problema capital de los actuales niomentos.
No existe ninguna analogía entre el papel que las monarquías de Europa central y septentrional desempeñaron en la mos, 352 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica