años habían estado casi por completo ignorados en toda Europa, triunfaban de pronto en pueblos donde siempre se les había rechazado como pernicioses y falsos. Por eso, bien corto ha sido su triunfo en Rusia, y en Alemania parece poco seguro.
Por lo que hace a Rusia, ya hemos visto a la Re ública democrática y humanitaria, amante del sufragio universal y partidaria decidida de la libertad de las razas oprimidas, ceder su puesto a una dictadura militar que se ensaya en precipitadas y confusas tentativas de comunismo. Desde ahora es evidente que el establecimiento del nuevo régimen, sobre bases tan vagas y contradictorias, cuales son sus aspiraciones, no será tan fácil tarea como ſué la de derrocar el antiguo. El prestigio de la monarquía está destruído, pero el pueblo no cree en el nuevo Gobierno que la ha reemplazado.
Estas dos evoluciones han sido, en sus comienzos, dos accesos de desesperación y de turor; todo lleva a creer que por algún tiempo todavía seguirán siendo una niezcolanza confusa de contradiccio351 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica