rencia capital. El principio revolucionario que el mundo latino representó en el curso del siglo XIX tuvo sus debilidades, sus errores, sus s, sus excesos, sus decepciones, pero fué una fuerza creadora que dió libertad a formidables energías que hasta entonces dormitaban en el seno de la civilización occidental.
112 asioiboo Cierto que tales energías no han producido bienes solamente; también, por desgracia, han acumulado ruinas; pero cualquiera que sea su destino final, no es, en manera alguna, dudoso que en medio de las crisis provocadas por ese principio revolucionario, la historia ha asistido a la gestación y alumbramiento de un mundo nuevo menos equilibrado, menos bello acaso en su conjunto y aun por ciertos aspectos más grosero que el antiguo, pero, en todo caso, más sabio y más poderoso. En un momento dado los hombres quisieron franquear los límites que hasta entonces habían respetado, para intentar una heroica aventura. No han encontrado todo lo que esperaban y antes bien, se hallaron, al fin de su camino, con el más cruento sacrificio que vió el mundo.
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