sin recapacitar (y así se curarían de su ligereza) que aun las personas que más han leído no llegan a poseer jamás sino una parte de la lengua completa, bastando mudar de residencia, adoptar distinta profesión, o, cerrado un libro, abrir otro, para que cualquiera halle vivas, harto vivas, palabras que se figuraría estaban de tiempo atrás enterradas. de dónde se origina tan sistemático desdén, sino de dar al uso, a este César del lenguaje, lo que no es del César? Los que le reciben por oráculo le consultan donde lo hallan; en su provincia propia, en su parroquia, en su casa: siguierdo ua inclinación que así halaga a la vanidad lugareña como a la pereza de estudiar, confunden la naturalidad con la vulgaridad, tienen por sencillez su lastimosa miseria; en vez de pagar tributo a la lengua nacional, la humillan y deslucen reduciéndola a los estrechos términos de su particular dialecto; y cuando todos se encogen por tal modo en excéniricas esferas, el resultado es empobrecerse al cabo y fraccionarse la lengua. Patentes están los estragos de preocupación tan mezquina, 342 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.