cógrafo, el uso no goza del derecho de prescripción contra los fallos de la 16gica.
Hace consonancia con esta doctrina la regla que observaba y recomienda Coleridge, a saber: no usar una palabra en sentido inmaterial y translaticio sin confrontarlo, como piedra de toque, para juzgar de su oportunidad y propiedad, con el sentido recto y material. Secreto ha sido éste de eximios escritores, los cuales ¡cuántas acepciones impropias, cuántas metáforas no desecharon, antes indebidamente naturalizadas en la lengua! si saliendo del campo puramente literario, subiésemos a las fuentes más altas, qué no diríamos del orden moral. Quién no ve la influencia benéfica que tienen en las letras la nobleza de sentimientos y la suavidad y pureza de costumbres? La tiranía envilece los caracteres y falsea los talentos: la servilidad, el hábito de adular inventa un estilo exagerado, enfático y tortuoso; al calor de la sinceridad sustituye artificios glaciales; a la expresión sencilla, armoniosa y candida, la frase enredada, rimbombante y 339 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.