esas darse; no se salvaría de la hecatombe más que un individuo: el técnico asesor.
Los disparates contenidos en bases son tan ostensibles que no invitan al análisis de ellas. Los socialistas carecen de un criterio respecto de la tie.
rra: ni admiten la propiedad individual, ni reconocen que la tierra es de todos.
Y, extraviados por la carencia de un principio fijo, van a parar a este rompecabezas que implicaría de un lado el triunfo de la burocracia, exterminadora de todas las actividades, y de otro la imposibilidad práctica de toda producción. Tomado de un artículo de Ergos, revista de cuestiones sociales, Valencia, de febrero de 1920. 331 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.