con los que amó en esta tierra, dió el último suspiro. Dejónos este ejemplo para tener esperanzas, y con el recuerdo de sus virtudes y de sus obras un gran consuelo para los que, por este fin cruel y prematuro, quedaban separados de él; día de duelo para la Academia y de luto para todos los suyos.
Repitamos, al dejar de tratar de Lemonie, las palabras con que uno de nuestros más eminentes cofrades tan dignamente celebró la entrada en la Academia de nuestro perdido hermano. No insultó a ninguno y describió a todos los grandes personajes de su época.
No dejó la menor huella ni de una traición ni de una perfidia, a pesar de haber estado en todos los lugares más concurridos de su tiempo. No trató de hacerse popular dando al viento hechos escandalosos, ni por un carácter agresivo, ni menos por compadrazgos. Advertido, sin dejar de ser ingenuo; ingenioso, sin ser maligno; cortés, justo, verdadero, ni uno solo de sus modelos le hubiera rehusado su mano, y vi uno solo de ellos hubo a quien no tuviera derecho de mirar cara a cara.
Por su probidad acrisolada, Lemonie elevó al rango de una magistratura el arte del biógrafo; para honra de las le289 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.