vas verdades. La historia de la ciencia demuestra que las ideas luminosas y bené.
ficas que encierran la semilla de posterior desenvolvimiento brotan en la mente del pensador o investigador solitario. Recordad los versos de Wordsworth sobre la estatua de Isaac Newton en Cambridge: Marmórea muestra de una mente siempre errando solitaria Por los extraños campos del pensamiento.
Es cierto, sin embargo, que aquel que arranca nuevos secretos a la esfinge debe observar dondequiera la producción de sus colaboradores y mantenerse en contacto íntimo y constante con los nuevos descubrimientos realizados en su esfera por las men.
tes creadoras de todo el mundo. Estrecha.
mente enlazados por medio de sus sociedades y publicaciones especiales, los investigadores del mismo problema en sus diver: sos aspectos forman, como si dijéramos, una banda de buscadores de oro ahondando en lugares circunvecinos para descubrir el ansiado tesoro.
En tanto que pueden unirse muchas fuerzas para ensayar un grupo de alcaloides, para investigar la radioactividad o para llevar a cabo algún gran experimento acerca de las leyes hereditarias, no sucede lo mis.
mo en las esferas del arte. Jamás la obra de 275 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.