cir al hombre físico que sus nervios son instrumentos de dolor y que su cuerpo es polvo: ellos tienen derecho de hacer ese recuerdo: pero la filosofía y la elocuencia deben echar un velo de púrpura y oro para cubrir las partes más bajas de la vida humana, porque la filosofía y la elocuencia tienen la misión de fortifcar los corazones y pregonar la inmortalidad de las almas. no es ése el punto de vista en que vos, con tanta gracia y delicadeza, tratáis de que veamos a Tennysson como al poeta más grande de su tiempo; aunque no es estimadu así generalmönte en su patria, sublimado hasta las nubes por sus adoradores que no han tenido sobreponerlo a Byron y parangonarlo con Shakespeare? Decís que «sin ser pedante, Tennysson habla de Dios y del alma noblemente y con ternura; que no es un hombre ensañado contra la sociedad y la vida, y hay gusto en leer sus descripciones de la vida campestre y las de sus ricos paisajes. Las damas quedan hechizadas con sis retratos de mujeres. No es él quien los ha hecho 237 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.