escrito una página extensa y grave, tal, que sin ser una copia, parece sin embargo, ser del siglo diez y siete, y que puede leerse diez veces sin desmerecer a nuestros ojos de su belleza, dándonos una idea de la perfección. Citáis esa página maravillosa en que se trata de la razón natural, y yo en esto no os imitaré. Después de haberla leído aquí, hay que callar. Los que la conocen por haberla oído recitar, a lo menos ahora, no serán de vuestro parecer, porque ella es una prueba de que Cousin era tan grande escritor como egregio metafísico.
Vuestro favorito entre los filósofos franceses es Condillac, pero os acercáis con respeto a Royer Collard, como si oyerais salir de su boca en acentos penetrantes esta sentencia que él juzgaba ser verdad en todo tiempo y lugar. La moral pública y privada, el orden social y el bienestar individual están comprendidos en la contienda de la verdadera con la falsa filosofía. No lidia en ninguno de los dos bandos el escepticismo; cuando éste se apodera del entendimiento, se enseñorea de él conipleta225 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.