exacto ponéis en paralelo sus largos períodos triplemente nebulosos y las cortas traducciones, tan claras como verdaderas, que nos dais de ellos. Humboldt, de quien hace poco hacíais agradable bosquejo, y que escribía sus obras predilectas en francés, pretendía que sus.
compatriotas tenían dos modos de ser claros: el claro y el claro oscuro. Del primero no se valen nunca y del segundo siempre, añadía con su acostumbrada maliciosa sencillez. Maine de Biran perienecía a esa escuela, y si no hubiera existido el claro oscuro, él lo habría inventado.
El eclectismo no os fascina, y consideráis a Cousin como un modelo raro, cuyo estilo era más propio para discutir verdades llanas, que para explicar las elevadas especulaciones metafísicas. Decís que kesas verdades son las únicas que son populares; las únicas que pueden decirse en bello lenguaje; las únicas que abren amplio campo al orador, porque con la obligación de vencer le imponen la de conmover y agradar. En ese género Cousin es maestro, y ha, 224 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio Cultura y Juventud, Costa Rica.