veces las letras, y las pesa y las mide, y las compone, para que no solamente digan con claridad lo que se pretende decir, sino tanībién con armonía y dulzura. si dicen que no es estilo para los humildes y simples, entiendan que así como los simples tienen su gusto, así los sabios y los graves y los naturalmente compuestos no se aplican bien a lo que se escribe mal y sin orden; y confiesen que debemos tener cuentil con ellos, y señaladamente en las escrituras que son para ellos solos, como aquesto lo es. si acaso dijeren que es nove.
dad, yo confieso que es nuevo, y camino no usado por los que escriben en esta lengua, poner en ella número, levantándola del decaimiento ordinario. El cual camino quise yo abrir, no por la presunción que tengo de mí, que sé bien la pequeñez de mis fuerzas, sino para que los que las tienen se animen a tratar de aquí en adelante su lengua como los sa.
bios y elocuentes pasados, cuyas obras por tantos siglos viven, trataron las suyas; y para que los igualen en esta parte que le falta con las lenguas mejores, a las cuales, según mi juicio, vence ella en otras muchas virtudes. 214 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica