laso, innovador tan atrevido como afortunado, fué padre de nuestra poesía lírica; y tan hondo puso en ella el sello de su genio, que su lenguaje no se ha anticuado en nuestro Parnaso, y suena y sonará siempre gratísimo en oídos españoles, el eco de sus rimas, como el de «corrientes aguas, puras, cristalinas. Fernando de Herrera, comentando a Garcilaso, motejaba a los escritores contemporáneos, porque reverenciando el uso. estrechaban los términos de la lengua. Los italianos decía hombres de juicio y erudición, y amigos de ilus.
trar su lengua, ningún vocablo dejan de admitir, sino los torpes y rústicos.
Mas nosotros olvidamos los nuestros nacidos en la ciudad, en la corte, en la casa de los hombres sabios, solamente por parecer religiosos en el lenguaje, y padecemos pobreza en tanta riqueza y en tanta abundancia. Permitido es que el escritor se valga de la dicción peregrina cuando no la tiene propia y natilral o cuando es de mayor significación. Las nuevas voces no han de ser humildes, hinchadas, tardas, luxu.
riosas, tristes, demasiadas, flojas y sin 211 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.