El rasgo distintivo de los reaccioes la repugnancia a aprovechar las lecciones de la experiencia o a leer las enseñanzas de la historia aplicándolas a los problemas de actualidad.
El reaccionario genuino, que siempre es egoísta, insiste en que sus propios sentimientos, deseos y ambiciones tengan la prioridad sobre cualquiera otra cosa que el resto de la humanidad haya dicho, hecho o registrado. Pretende iniciar una nueva vida en un edén de su propiedad, con su serpiente particular y su manzana particular. El verdadero progresista, por el cortrario, es aquel que lee la historia atentamente y estudia con cuidado la experiencia humana para observar qué lecciones se han aprendido, qué errores no deben repetirse, y qué principios de organización y de conducta han demostrado ser sólidos y convenientes.
Con este material edifica el progresista una estructura nueva y consistente, para responder a las necesidades de la época a la luz de la experiencia de otros tiempos.
195 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.