de los dos un encargo para que vaya cierto día hacia la ciudad en que está el otro, y también a este otro un encargo para que vaya el mismo día hacia la residencia del primero, sabe bien seguramente que tendrán que encontrarse y batirse, contraviniendo así a su prohibición. Pero él no los ha obligado a ello, sin embargo; y el conocimiento y aun la voluntad que ha teni: do de determinarlos de este modo, no impide que ellos se. batan tan voluntaria y libremente como lo habrían hecho si él no hubiera sabido nada y fuera por otro motivo cualquiera por lo que se hubieran encontrado; de modo que pueden ser justamente castigados por haber contravenido a la prohibición. Esto se llama, dice Colins. esclavitud bajo un malvado hipócrita que quiere unir a la tiranía una apariencia de justicia. 1)
Sigue ahora un ejemplo de otra indole, y más sorprendente por lo mismo, en que aparece Descartes, en el campo accesible a la experiencia, repitiendo una necedad vulgar de su época, que es pre(1) Colins, Science Sociale, VII, págs. 52 y siguientes.
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