ñoras; cada uno en su puesto, en su condición, con sus sentimientos y su modo de hablar. Los personajes tienen allí un carácter general, el pobre, el rico, el avaro, el amante, y allí son gran.
des también los acontecimientos: la muerte, el cautiverio, la ruina. En ninguna parte tropezamos allí con las trivialidades de la novela realista y plebeya. Nuestros niños se saben de memo.
ria a La Fontaine a la manera que los de Atenas recitaban a Homero. Raro grande escritor es en Francia popular: los que son populares no son grandes, y los que son grandes no son populares.
Sólo La Fontaine es a un tiempo popular y grande.
Estos pensamientos son exactos, bien sentidos, y están cuerdamente expresa.
dos. Aquí tenemos al verdadero Taine.
No quedamos tan convencidos, señor, de ser verdad lo que decís al final de ese notable estudio vuestro. El hombre es un animal de especie superior, que da de sí filosofías y poemas, así, poco más o menos, como los gusanos de seda y las abejas hacen los unos sus capullos y las otras sus colme.
nas. 130 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica