donde desembarcar en las proximidades de la línea ecuatorial, y no hay más que pedir.
La infortunada Méjico, cogida entre dos frentes enemigos, ter drá que vivir con el arma al brazo, lista siempre para la defen.
sa y convertida en un inmenso campamento. La civilización de los pueblos de Centroamérica, tan penosamente adquirida, desaparecerá rápidamente ahogada por la ola de corrupción incontenible de los campamentos, las clases acomodadas irán a refugiarse y buscar su salvación en otros países, y los proletarios caerán de nuevo en la barbarie o desaparecerán. Las consecuencias de la traición a la causa de la América hispana, consumada por los intervencionistas, apenas comienzan a delinearse. Primero Santo Domingo, luego Nicaragua, después Costa Rica, ahora Honduras, mañana El Salvador y Guatemala, después. ya lo hemos dicho. Entre las naciones alumbradas por las constelaciones del Sur hay alguna cuyos hombres no se rigen por principios ni parecen tener conciencia de su responsabilidad ante la historia, causas eficientes de la pérdida de la soberanía de Santo Domingo y de Centro América. La deslealtad a la causa de la América hispana, por intereses del momento, y la ingra.
titud para con los que todo lo sacrificaron 83 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.