tesoro lo tiene en el pedazo de tierra, en la yunta de bueyes, en el cafetal, en el almacén, y allí pone todos sus sentidos y potencias. En ese amor al dinero se generan sus virtudes domésticas, su apego a la paz, su afección al trabajo, su respeto a lo ajeno, así como también los cívicos defectos que le hacen incapaz para los ejercicios de ciudadano. Queréis encontrar, oh posteridad, nobles acciones y buenas costumbres en Costa Rica? Buscadlas en el hogar, en la vida de familia, y no las busquéis en la vida pública, en el foro, en la prensa, en la magistratura, porque en éstas sólo existen por excepción. No así durante los años de 1850 a 1870, porque entonces hubo magníficos intervalos en los cuales mostraron los costarricenses a un tiempo misino virtudes cívicas y domésticas. De aquel tiempo quedan consignados en la historia de este país, inolvidables ejemplos de patriotismo; pongamos en ellos nuestros ojos, a fin de que renazca y perdure aquí la costumbre más eximia: la de amar y servir bien a la Patria.
De manera que el autor del estudio al cual pertenece este juicio, fija como principio de la decadencia de las costumbres 60 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.