malestar en varios Estados de la Unión Colombiana; pero la conducta del Presidente Murillo con los Estados de Antio.
quia y el Tolima, al permitir, con el tacto y mesura que exigían las circunstancias, el restablecimiento de gobiernos de diversa índole política en esas secciones, comprueba su acierto y su espíritu de tolerancia e induce a pensar que la acción extremada de entonces fué más bien obra del tiempo, de las instituciones y de ajenos apasionamientos. En cuanto a los derechos de la Religión y de la Iglesia, la acción de su pluma y de sus influencias oficiales y políticas fué, sobre todo al principio de su carrera, abiertamente contraria, no siquiera a las opiniones, sino a las creencias religiosas de la inayoría de los ciudadanos, si recordamos las providencias dictadas con su concurso o aprobación contra personas, comunidades y fueros de la Iglesia. Em.
pero, hay que reconocer que en aquella época, en que el espíritu de tolerancia y de equidad había desaparecido en las regiones oficiales, el ductor Murillo tuvo el ta.
lento y la benevolencia necesarios para mitigar las persecusiones, no en su parte esencial y doctrinaria, pero sí en su parte personal, como lo demuestran los parabie.
nes que al estrenarse su segunda adminisEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.