rio, porque apenas hay tiempo para proferir ligeras expresiones de sentido adiós. El gran vocero de la libertad fecunda en la justicia enmudeció para siempre; pero como las lecciones de Sócrates, las suyas seguirán resonando en nuestras almas hasta que, elevándose éstas a los espacios inmor.
tales, logren adquirir las perfectas nociones del bién, que apenas podemos nosotros en.
trever durante nuestra preparatoria peregrinación por el limo del mundo.
He dicho.
RAFAEL NÚÑEZ Señoras, señores: He aceptado el honor de hablar en esta solemnidad, y lo he aceptado con especial complacencia, porque es justo que un representante del Gobierno participe en la inauguración de la estatua del grande estadista Dr. Manuel Murillo y porque conviene que este homenaje sea un acto nacional y republicano, como lo fueron varios de los hechos de aquel patricio. Cuáles de esos hechos escogeré como objeto principal de este elogio. ni cómo podré yo, perteneciendo a un partido opuesto al partido del doctor Murillo, ve32 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.