constituyen la voluntad, o sirven a la pasión, que es el apetito ciego. En el segundo caso son esclavos, en el primero son libres.
Conforme a lo cual, deben distinguirse con todo cuidado y defenderse con todo interés el albedrío y la libertad, ambos atacados por la moral moderna: el primero es la capacidad de buscar la perfección o de apartarse de ella, es la lucha en la cual consiste el mérito; la segunda es el estar bajo la ley exigida por la civilización y la ausencia de todo lo que estorbe la atracción que nos inclina a lo perfecto. Síguese de aquí que cuanto más definida y clara sea la ley de la ver.
dad y del bien, la libertad crece y el progreso cobra mayor desarrollo.
Marco FIDEL SUÁREZ Cuando escribí en el cuaderno 18 algunos renglones contra e cierre total de las boticas en los domingos, no sabía yo que una espantosa epidemia iba a desolar el país.
Hoy no tengo palabras para reprobar la conducta de los farmacéuticos que no supieron renunciar al descanso en los momentos de mayor tribulación.
Por lo que me toca personalmente, háganme mis amigos la justicia de no olvidar jamás que no soy farmacéutico; que estudié para químico en Francia y que mis maestros supieron todos mantenerse EN SU PUESTO DE HONOR durante el sitio de París de 1870.
ElfAS JIMÉNEZ ROJAS 24 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.