comprobar en el poco conocido manifiesto del 19 de abril de 1871. Refiriéndose a ella, Pi y Margall, decía, no haberse visto jamás igual explosión de federalismo.
Hacia 1877, el grupo del cual era ánima Louis Xavier de Ricard, el de la Alouette y el de la Alianza latina, predi.
caba una federación latina entre todos los pueblos hijos de la civilización mediterránea. Pero no es sólo el panlatinismo lo que los franceses tratan de erguir frente al pangermanismo o del panslavismo. Ya en 1838, Hersart de la Villemarqué concurrió al país de Gales, a la Eistedfod Abergavenmy, a donde Lamartine envió un bello poema, a reanudar las tradiciones Comunes a los Celtas. Se repitió la tentativa en 1867 en Saint Brien, y en 1899 en Cardiff, y hasta 1907 celebráronse congresos panceltistas.
En el Mediodía, Mistral es federalista en Calendau, y Jean Carrere intentó una Federación de las Ciudades del Sur.
Tal persistente tradición federal, permite, sin renegar de los orígenes, y desde un punto de vista puramente nacional, examinar el problema de la Sociedad de las Naciones.
18 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica