Que el trabajo manual educa la vista y el tacto. Pero la escuela hace mucho más: cultiva todos los sentidos y órganos del ser humano; imprime a su figura, a sus acciones, a sus gestos y modales, el sello de una buena educación.
Los trabajos manuales, al contrario, haciendo de la mano del niño un instrumento de trabajo, la endurecen, le quitan su flexibilidad. Asímismo, si le dan ciertas cuali.
dades técnicas útiles al futuro carpintero, o al futuro cerrajero, le quitan otras que se.
rán necesarias al zapatero o al sastre.
La educación mental en la escuela, da en cambio lo que puede llamarse agudeza espiritual. Todo progreso en la cultura del espíritu, trae consigo un progreso en la educación de los sentidos todos, no sólo del ojo y de la mano. Que el trabajo manual desempeña un papel dominante en la enseñanza por el aspecto de las cosas. Pero es lo cierto, que para dar una enseñanza fundada en la ob.
servación, no precisa acudir a semejantes ejercicios manuales. El tiempo que pasan los alumnos confeccionando objetos, lo emplearían más útilmente observando y estudiando con método propio esos mismos objetos. Que el trabajo manual finalmente, 576 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.