La fácil transición en los países beligerantes, de la circulación de oro a la de pa.
pel de curso forzoso, es uno de los hechos que han engendrado la convicción de que el oro no es base indispensable de los sistemas monetarios. este cambio de régimen se ha realizado con una amplitud que el mundo jamás conociera. En algunos meses el oro ha desaparecido de la circulación y se han emitido billones en papel moneda lanzados en la corriente de los cambios. El papel ha sido perfectamente aceptado y no se han producido las calamidades previstas por los economistas.
En realidad la experiencia de la guerra no ha enseñado gran cosa en este punto.
Hace tiempo que los que estudian los fenómenos monetarios saben que el oro no es necesario en la circulación interna de un país y que, en donde hay un grado económico avanzado, el público acepta la moneda de papel sin dificultad. El ejemblo de Rusia, Italia y Argentina, sobre to.
do, cuyos públicos prefieren el papel moneda al metal, demuestra desde hace tiempo que la circulación exclusiva de una moneda desprovista de valor mercantiles siempre posible en el interior de un Estado.
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