la obra de Legislación, entra en una larga clasificación de placeres, declarando que entre ellos no puede establecerse otra diferencia que la que resulte de sus respectivas intensidades y del peligro, imposible de a valuar, de que ocasionen do.
lores. Los placeres en sí son todos buenos, o mejor dicho, son todos el Bien.
Esta doctrina ha sido impugnada por incierta, impracticable, contraria al sentido moral universal; anticristiana, radicalmente inworal, destructora de toda libertad, y por su inconsecuencia. INCIERTA, porque según ella no se puede calificar ninguna acción sino por sus resultados, y como esos resultados son todos contingentes y no se surten antes sino después del acto que les da origen, es imposible la calificación a priori que necesitamos para dirigir nuestra conducta. IMPRACTICABLE, primero, por la contingencia de los resultados, y segundo, porque los placeres y dolores son cantidades de imposible a valuación y comparación. lo que se agrega que, siendo infinita niente variado el modo de sentir de los hombres, no hay nada que pueda impresionarlos a todos de la misma manera, pues se les ve solicitar hasta dolo544 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.