Proclamaron, eso sí, un rey árabe en la Meca. El criterio práctico de los ingleses tolera bien los reyes en sus dominios. el Mar Rojo entero, con ese Rey del Hedjaz inclusive, pasó al activo de los británicos.
Con ello el camino de la India quedó cerrado al mundo.
Vino la campaña de Mesopotamia. El sueño de los alemanes, la oriental y soñadora Bagdad entró en juego. Clamaban los franceses en los días duros de Verdun y Saint Quintin, para que los ingleses retirasen sus tropas de los frentes secundarios y las llevasen a Francia, en próximo peligro de muerte. El inglés, imperterrito, se guía mandando al Eufrates batallones y más batallones. las sombras de Semíramis y Nabucodonosor, asomadas a los monolitos enormes de las ruinas de Babilonia, vieron entrar los soldados kakis en la florida Bagdad.
Luego Palestina. La seguridad del Egipto peligraba. El obsecado Von der Goltz creía que la impetuosidad alemana pasaría fácilmente de Beyrouth a Suez. Impo.
sible. La impetuosidad no puede atravesar desiertos. Los pasó aunque en sentido contrario, la pacienzuda constancia inglesa. Allemby salió de El Cairo, atravesó Suez, dominó el Sinaí, se baño en Gaza, 504 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.