De Bentham: El filósofo que enseña a los hombres a dudar no debe esperar de parte de ellos mucha gratitud. La duda no halaga en nada el amor propio, y es mortal para las pasiones activas y turbulentas. La mucho.
dumbre no sabe dudar. Así se explica el ascendiente de los declamadores que saben bien que para persuadir es preciso dar más valor a la energía de las expresiones que a la justeza de las ideas. Por eso tiegen tanto crédito los charlatanes que ofrecen remedios infalibles para todo, y que ganan la confianza del pueblo por el mismo tono presuntuoso y decidido que les vale el desprecio de los sabios.
Hay gentes que no consideran si está bien administrado un Estado, si las leyes protegen los bienes y las personas, si el pueblo, en fin, es feliz.
Lo que quieren ante todo es la libertad política, o sea la distribución más igual que pueda imaginarse del poder político.
En donde no encuentran la forma de gobierno de que están enamoradas, no ven sino esclavos; y si estos pretendidos esclavos se manifiestan contentos con su estado y no desean cambiarlo, ellas los desprecian 487 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica