suplicante. La encuentran, por el contrario, imponiendo condiciones. Las bodegas de Holanda y los países Escandinavos están hoy atestadas de artículos que los comerciantes entusiastas pensaban introducir a Alemania tan pronto como fuera levantado el bloqueo. Otras mercaderías están llegando a Alemania por todos los buques, y el problema de bodegas se está volviendo serio en estos países.
Los derechos de bodega son altos y están consumiendo posibles utilidades. De cualquier manera que sea, los comerciantes están en apuros. Pueden, ciertamente, enviar sus mercancías a Alemania y recibir marcos en pago, pero deben dejarlos en Alemania; deben depositarlos en el Deutsche Bank. En este banco les darán un recibo, y si encuentran comprador para este recibo alguno que desee comprar algo en Alemania y tenga crédito en el Deutsche Bank entonces podrán reembolsar su dinero, con utilidades grandemente aminoradas. El negocio se reduce, pues, a una tramoya altamente especulativa sobre el valor del marco. Un ennoblecido nego.
cio de algodón o hierro se ha convertido de repente en un mero juego de bolsa: en una apuesta sobre el alza o la baja del marco.
460 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud, Costa Rica