de la República: elevémoslo a canon sagrado y purifiquémoslo lealmente con elevación de patriotas y pulcritud de ciudadanos probos. Restauremos a todo trance aquel certamen de desinterés que fueron las funciones cívicas para las primeras generaciones republicanas y evitemos así puedan aplicársenos un día los amargos reproches de un orador suramericano: La vida pública ha perdido su interés desde que el Parlamento se convirtió en agencia política de la Farsa. Nuesttos padres creían que la política era el arte de servir al país; sus nietos, más avisados, saben hoy que la verdadera política es el arte de servirse del país.
Párrafos Ha sido y es en efecto demasiado común en nuestra América cortejar la popularidad, aun a costa de la justicia; preferir los evoes! tumultuarios gritados para Nerón por la muchedumbre, a los elogios sombríos tributados a Trajano por la filosofía; pero aquella popularidad efímera que se adquiere con lisonjear las pasiones y dejar impunes los delitos, es, en el hombre público, una prerrogativa tan estéril 437 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.