ción. Porque digan lo que quieran, los apologistas de la debilidad, la verdad es esta: la fuerza no estaba de parte de Alemania y de Austria, sino de los aliados, siempre que sea verdad que 140 millones de hombres aislados del mundo, deban considerarse menos fuertes que 000 millones, con los recursos del mundo entero a su disposición. Pero la cuestión está en que las fuerzas sobrantes de la Entente eran mal utilizadas, por causas geográficas, políticas y morales, y, sobre todo, por la mentalidad antibélica que en ella predominaba. Esta mentalidad impidió que se requiriese, desde los comienzos, de los respectivos pueblos, todos los duros sacrificios para la victoria; que la guerra fuese conducida con la despiadada energía inseparable de la idea misma de la guerra; que se aplastasen rápida y definitivamente, todas las fuerzas que por intereses de partido o de clase minaban la resistencia interna. esta mentalidad dudosa, temerosa, muelle, paralítica, Inglaterra, Francia e Italia deben muchas centenas de millares de muertos y muchos millo.
nes gastados.
Y, si no se produce un saludable despertar en la opinión pública occidental, 413 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.