de pasados errores, era de justicia y de paz, de honradez administrativa, de paciente y tenaz reconstrucción; sino período febril de exaltadas codicias, de concupiscencias máximas, de inmoralidades incontenidas, de represalias largo tiempo meditadas.
Pues contra todo eso, contra el desdén intolerable y creciente hacia los ideales, hacia los principios, hacia las instituciones; contra la carencia absoluta de respeto a la soberanía, inmolada en aras de un escalamiento mercenario a las cimas del poder; contra los partidos políticos existentes, contra la realidad conturbadora, combatiremos cuantos en esta ocasión libramos en hora trágica para Cuba una batalla última y decisiva que juzgará la Historia. Acaso la juventud, presa de desaliento por los pesares del instante, apoye este clamoroso grito que en nombre de la República en ruinas, lanzamos a lo alto los que aún tenemos en el corazón, clavado como una estrella, el recuerdo de Martí. Bastaría tal cosa para que todos nos sintiéramos satisfechos.
Cuando un hombre se encuentra bien dis.
puesto, debe formarse reglas para el porvenir y ejecutarlas después escrupulosamente.
LEIBNITZ 388 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.