forma, tiene por base nuestra con vicción absoluta de que la opinión nacional no es cómplice sino víctima de los errores que afligen a la República y de que, por lo tanto, contaríamos con su apoyo y favor, y, especialmente, con la adhesión de la juventud preterida o ignorada si nos empeñásemos en promover una rectificación de los métodos en boga que originan tántas desventuras, y adoptáramos como norma invariable, la de amparar los intereses colectivos que peligran. De este modo, a nuestro entender, y dado el apremio de las circunstancias, con vendría que acordáramos dirigir al país, desorientado y anhelante, un manifiesto, a manera de aviso de que vigilamos sus males y procuramos aliviar sus dolores, manifiesto de tan extraordinaria importancia, y concebido en momentos tan solemnes para Cuba, que ocuparía. de escribirse, un sitio de honor en la Historia al lado de aquel otro manifiesto, el de Monte Christi, calzado con dos gloriosas firmas que lleva grabadas en el alma la Nación; pero, al mismo tiempo, persuadidos nosotros de que solamente por una organización firme y amplia podríamos hacer eficaz y provechoso 375 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.